19 agosto, 2012

La sombra que te acecha


Un camino se dibujaba bajo tus pies,
y el horizonte te marcaba el rumbo,
ibas en busca de algo o alguien, no sabemos qué,
¿Serías tú, sería yo? ¿Quién...?
Nos preguntamos eso cada amanecer.

Tu mayor error no fue esa caída
mientras caminabas distraída,
-pues hay errores necesarios-
tu error fue el cerrar los ojos y olvidarte
de mi, que siempre fui tu baluarte.

Quedaste atormentada, pues creías, equívocamente,
estar sola, olvidada, y con el rumbo marchito;
con el camino destrozado, tanto como tu corazón,
tanto como el mío, que latió hasta el momento
en que tu alma, vida mía, de otro se enamoró.

Hoy es de día y no ves el sol: las nubes lo tapan.
Cae la noche y no ves la luna: es por su fase nueva.
Te invade el recuerdo y no me encuentras:
no pierdas el tiempo, ni recorras el mundo,
tranquila, ahora soy tu sombra que te acecha,
enamorada perdidamente, que de ti no se despega.




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