30 septiembre, 2012

Oda a la Luna


"Alternativement tendre, rêveur, cruel,
Réfléchit l'indolence et la pâleur du ciel."

Alternativamente tierna, soñadora, cruel,
Refleja la indolencia y el cielo pálido.


Baudelaire.


¿Qué embrujo tendrá la blanca luz
de esta luna llena y distante?
Víctima de poetas, dedicaciones,
incluso de locos y sádicos emperadores.

¿Qué táctica usará esta brillante
redonda, para hacernos contemplar el cielo?
Es protagonista de tristezas profundas,
amores pasionales, y miradas perdidas.

¿Qué será de aquellos cobardes y valientes
que decidieron intentar pisar sus fauces?
Algunos cayeron al mar, y otros pocos, 
quizá soñadores, lograron llegar allá.

¿Quién no divaga sobre su desaparición,
o no se enamora ante su perfección?
Musa para poetas, antorcha de errantes,
brújula de navegantes, acertijo de humanos.

¿Quién la vigilará cuando sea de día,
o cuando todos yazcan en su tumba?
Será quizá un astro que gira, en soledad,
alrededor del mundo, y nada más.

¿Qué pasará con ella cuando el sol
se apague y sea sólo una gran roca dura?
Seguirá girando, ya triste y moribunda,
buscando algún humano que la ame y encienda.

Hay en esta noche una indeleble necesidad,
una insondable ansiedad de admirarla,
a lo cual, yo, impávido, no veo otra salida
que pasar la noche fría viéndola y escribiéndole.

En habitual silencio o estruendosa musicalidad,
me siento, y me envuelvo en ropajes y mantas,
será una velada de excelsa admiración
a la mística Luna, ya dueña de mi corazón.



Atlántida

Mientras el cuerpo yacía en descanso
entre un colchón viejo y cobijas ásperas,
la mente era feliz jugando a ser pintora,
luego, hacer de ese cuadro una obra de teatro.

Puede que los ojos en aquél delirio
estén enteramente cerrados,
pero vi todo tan colorido como el agua
donde Narciso se enamoró de si mismo.

Un hecho histórico, de sumo impacto
que partía en dos, de nuevo, a la humanidad:
la mítica Atlántida había sido descubierta,
el secreto revelado, tierra prometida bajo el mar.

Tesoros por doquier, estatuas aun en pie,
precisas formas cubiertas de musgo y algas,
una ciudad que creían jamás existió,
sería ahora, ya descubierta, capital del mundo.

Mientras sentía que navegaba en esas aguas,
el ropaje de piel que cubre mis ojos subió,
y me daba el sol en la cara, y era mediodía,

me di cuenta que la Atlántida
seguía oculta en algún lugar,
debajo del mar o en medio de sueños.



Beso sin besar

Hay veces donde
ante una boca
debemos contenernos
de besarla.

Tan sólo bajemos la mirada
y elevemos la imaginación:
hagamos con esa boca
una fuente de placer y amor.

Que no se apague el sol

El sol es de cristal frágil,
nuestro corazón también,

su luz es una ilusión,
nuestros ojos también,

el calor que emana un delirio
nuestras sospechas también,

pero ojalá nunca se quiebre,
ni se borre, ni se apague,
como mi corazón, mis ojos
y mi conciencia,
amén.





Metamorfosis

Brotaron de nuestros besos
suspiros y caricias de verano,
recorrieron todo el ocaso,
y al volver ante nosotros
-amantes sin pudores ni recato-
se hicieron trueno y rayo,
quemando todo a su paso
menos a nosotros
que ya eramos fuego.

Guitarra cantora

Rompí el silencio de esta tarde gris
cuando pasé mis dedos por las cuerdas
de mi guitarra vieja y desolada.

Evoqué imágenes y sombras
que alguna vez fueron tuyas y mías,
y ahora son un sonido que danza.

Cada nota que brota de mis dedos
y de esas cuerdas de nailon y acero,
recorre el espacio de este cuarto.

Y es música la que nace en mi guitarra,
y la que nace en tu cuerpo y tu mirada,
y es silencio lo que me come desde adentro.

Mi voz ahora no profiere canto,
más yo callo es porque qué bello es el sonido
de mi guitarra, cantora de sonrisas y de llantos.

Conjuntos

Es el corazón
un conjunto de sustancias
dóciles e imprecisas,
pues en la mañana de ayer
parecía ser de miel,
y en la noche de hoy,
es de barro seco.

Es la noche un conjunto
de recuerdos y de estrellas,
más cuando es domingo
y se hacen presentes las nostalgias.
Es el mañana algo incierto,
y vagas sospechas nacen,
pero lo que ocurra será nuevo.

Son mis manos y mi corazón,
los que esta noche escriben,
bajo una luna llena, fría, distante.
Ojalá esta noche sueñe impávido
y mañana me de cuenta que estoy vivo,
y siga divagando errante, con mis versos.



08 septiembre, 2012

Dos estrellas en el cielo




Hay sólo dos estrellas en el cielo,
-es verdad, son tus dos luceros-
y guardan distancia la una de la otra,
y están distantes ambas de mi alma,
y están lejos de toda realidad posible
y de todo sueño imaginable.
Son dos estrellas donde hoy vi mi reflejo,
dos estrellas que me vieron trémulo,
dos estrellas tan agridulces como un anhelo,
tan necesarias que provocan desvelos.

Un corazón agitado y ansioso de cariño,
se incinera con el tiempo
y se desvanece con el adiós;
y es mío y está moribundo,
y es mío porque me late dentro.



¿Esperar a que caiga la noche de mañana,
o quizá las noches enteras de una semana,
para poder verlas de nuevo?
¿O soñar con ellas y verlas en sueños,
en cada faro de luz artificial,
en cada rayo de luz solar,
mientras están encima de una sonrisa?


Ojalá estuvieran junto a mi,
esas dos estrellas que me miran,
ojalá pudiera alcanzarlas de nuevo.
y posar sobre ellas,
un noble y tierno beso.
Pero no puedo,
porque ya cae la noche y no consigo eso.
porque ellas no quieren ello,
porque ahora están lejos.