01 junio, 2012

Delirio III

Delirio III


XC

¿No has sentido en la noche,
cuando reina la sombra
una voz apagada que canta
y una inmensa tristeza que llora?

¿No sentiste en tu oído de virgen
las silentes y trágicas notas
que mis dedos de muerto arrancaban
a la lira rota?

¿No sentiste una lágrima mía
deslizarse en tu boca,
ni sentiste mi mano de nieve
estrechar a la tuya de rosa?

¿No viste entre sueños
por el aire vagar una sombra,
ni sintieron tus labios un beso
que estalló misterioso en la alcoba?

Pues yo juro por ti, vida mía,
que te vi entre mis brazos, miedosa;
que sentí tu aliento de jazmín y nardo
y tu boca pegada a mi boca.

Bécquer.


* Delirio I
* Delirio II



Quiero usar tus hermosos ojos, tu mirada, un día...
para mirar el reflejo del cielo en todo su esplendor,
en una mañana, noche o atardecer, cualquiera,
pero que estés ahí, junto a mi.

Quiero escucharte a cada instante
para deleitarme con tu voz,
y no tener que esperar a morir
para ir al cielo y escuchar ángeles cantar.


Quiero saber qué se sentirá caminar juntos
por caminos oscuros y profundos,
sin miedo ni temor
en busca de la revolución.

Quiero saber cómo late tu corazón
en momentos de felicidad o desesperación
para apaciguarle con un abrazo,
con un beso o una flor...

Quiero saber qué sería la vida
si decidimos estar juntos siempre,
no importa que caigan puentes ni cielos
pues nuestro amor nos une por siempre.

Quiero saber si estarías dispuesta
a correr el riesgo de tener mi compañía,
pues hasta la soledad y el vacío tiemblan
cuando les digo: tú eres poesía.


II

Pase lo que pase
y sea como sea
mis versos están ante ti
y ante el mundo
para ser disparados en tardes
o en momentos de lujuria;
para ser regalados en momentos alegres
o noches de amargura;
para ser recordados o pronunciados
entre bosques y caminos de herradura;
para ser escritos pensando
en lo que pasó ayer
y en lo que será mañana.

Entre cielos, entre infiernos
tu mirada no se borra de mi mente
ni aun cuando escucho
los más amargos lamentos.
Por el contrario, es mi arma más fuerte
para enfrentar monstruos o pesadillas
o la maldad que ahora es inerte.
Y en mi mente ronda la más bella sinfonía
que trae a mi tu rostro, tu belleza y su voz
y tu espíritu de lucha, alma mía.

Y ahora que mi voz se va a callar
quiero que me digas cómo estás
que digas lo que digas
en mi memoria siempre estarás.





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