30 septiembre, 2012

Guitarra cantora

Rompí el silencio de esta tarde gris
cuando pasé mis dedos por las cuerdas
de mi guitarra vieja y desolada.

Evoqué imágenes y sombras
que alguna vez fueron tuyas y mías,
y ahora son un sonido que danza.

Cada nota que brota de mis dedos
y de esas cuerdas de nailon y acero,
recorre el espacio de este cuarto.

Y es música la que nace en mi guitarra,
y la que nace en tu cuerpo y tu mirada,
y es silencio lo que me come desde adentro.

Mi voz ahora no profiere canto,
más yo callo es porque qué bello es el sonido
de mi guitarra, cantora de sonrisas y de llantos.

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